Código de Policía hará efectivos derechos de los ciudadanos y convivencia en paz

Juan Fernando Cristo, Ministro del Interior.
  • Fotografía periódico Policía Nacional de Colombia

2.016 fue sin duda uno de los años más ambiciosos en materia legislativa desde 1991. Se distinguió por iniciativas que permitieron avanzar en la implementación de los acuerdos de paz con las Farc, leyes que favorecen a los niños, jóvenes y a las mujeres trabajadoras, pero también, que refuerzan y reglamentan la seguridad y la convivencia ciudadana.

Después de muchos intentos, reuniones de socialización, más de 440 horas de discusión y cuatro años de estudio, se logró aprobar el nuevo Código de Policía que entrará a regir el próximo 30 de enero. No me equivoco al afirmar que es la iniciativa que más se ha dado a conocer en los últimos tiempos, porque será la bitácora que permitirá el goce efectivo de los derechos de los ciudadanos, en lo que se está capacitando, también ampliamente, a nuestros uniformados, con la participación activa del Ministerio del Interior.

Hasta ahora nos regían unas leyes obsoletas aprobadas desde 1970, que hoy resultan risibles para la realidad de nuestra geografía, nuestra población, costumbres, forma de vida y por las multas que impone. Unas normas diseñadas para un país sin telefonía móvil, ni redes sociales, con más edificaciones lineales que horizontales, sin sistemas de transporte masivo y sin tanta invasión de los límites de la privacidad.

El nuevo Código de Policía apunta a la educación ciudadana, a la disuasión y prevención de las faltas, tipifica nuevas conductas y actualiza las multas. Se ocupa de delitos ambientales, de la protección animal, del ruido en las calles y del que molesta al vecino, así como de los ataques de soberbia: el popular “usted no sabe quién soy yo”.

Somos conscientes de la gran responsabilidad de nuestra Policía y del Gobierno Nacional en el cumplimiento de esta compilación de normas que debe garantizar un mejor vivir, como también, de la urgencia de proveer herramientas necesarias y modernas para el buen desarrollo de esta tarea.

Durante los últimos dos años y medio, desde el Ministerio del Interior, hemos enfocado nuestros esfuerzos en la seguridad y la convivencia ciudadana, considerando que son fundamentales para la implementación exitosa del posconflicto, que depende en gran parte, de garantizar tranquilidad y seguridad a los ciudadanos y teniendo en cuenta que los delitos cada vez se producen menos por el conflicto armado y se deben más a la vida en comunidad.

En ese sentido, a finales de 2015, lanzamos el programa “Vive Seguro, Vive en Paz”, para dotar de la más moderna tecnología a las autoridades y aportar, con herramientas eficaces, en la lucha contra la delincuencia y el microdelito. Es así como 11 ciudades capitales, con una inversión cercana a 200 mil millones de pesos, ya tienen cobertura total de cámaras de seguridad y ya dan cuenta de una reducción considerable de los delitos de mayor impacto, sin dejar a un lado el efecto disuasivo que tienen los equipos de video vigilancia.

En 2018 todas las ciudades estarán cubiertas con siete mil cámaras ubicadas en sitios estratégicos de las ciudades que hemos identificado con la ayuda de nuestra Policía, que permitirán visualizar puntos donde se presenten microtráfico, extorsión, robo de celulares y atracos, entre otros. También hemos invertido en adecuación y construcción de estaciones de policía, en equipos de movilidad y equipamiento, para que pueda desempeñar su labor con eficiencia y dignidad.

Durante mi gestión como ministro de esta cartera hemos invertido en seguridad y convivencia cerca de 755 mil millones de pesos en 477 municipios que se han beneficiado de 638 proyectos, fortaleciendo la seguridad, la gobernabilidad y la convivencia. El Ministerio del Interior fue el encargado, como cartera de la política, de sacar adelante este Código en el Congreso de la República, que avanzó con éxito luego de varios intentos fallidos, pero también, es el Ministerio de los derechos, la convivencia ciudadana y la paz.

Por eso, nuevamente y a través de este espacio, reitero mi compromiso en avanzar en la construcción de un país mejor para nuestros hijos, para todos los colombianos. Un país en el que la cultura y la convivencia sean el propósito de cada día, motivo de buenas noticias, de disfrute y no de castigo.