Si el año pasado logramos acabar con un conflicto armado de más de medio siglo el más antiguo del continente americano, estoy seguro de que podremos superar los desafíos que nos quedan por delante. Mejorar la seguridad ciudadana es, justamente, uno de esos propósitos que debemos entender como posibles de alcanzar. En ese sentido, el nuevo Código Nacional de Policía y Convivencia responde a las necesidades de una nueva realidad en materia de seguridad.
Este Código es fruto de un extenso proceso participativo que incluyó decenas de debates entre congresistas, gobernaciones y alcaldías. Se trata de una herramienta en la que veníamos trabajando desde hace 10 años, y que se presentó por primera vez en el Congreso cuando yo era Ministro de Defensa y el general Óscar Naranjo era director de la Policía Nacional.
El Código anterior valga decirlo era obsoleto. Fue expedido hace más de 45 años cuando ni siquiera existían los teléfonos celulares, cuyo hurto es hoy uno de los problemas que más aqueja a los ciudadanos. Hay que aclarar que no se trata de una medida para encarcelar a más gente. Al contrario: con el nuevo Código queremos evitar que problemas de convivencia se conviertan en asuntos penales. Por citar un caso cotidiano, en el Código hay medidas para actuar frente a un vecino que pone la música a todo volumen, evitando que esa molestia se convierta en una discusión que pueda terminar en una riña con consecuencias imprevistas. El nuevo Código tampoco es para limitar derechos y libertades ciudadanas.
Todo lo contrario: es un instrumento para garantizarlos, para hacer respetar –por ejemplo– los derechos colectivos y aquellos espacios que son para uso de todos. Las autoridades regionales están llamadas a adoptar el Código y socializarlo con sus comunidades. Es fundamental que lo armonicen con la normatividad local y que trabajen en coordinación con la Policía. Los ciudadanos, por su parte, son los principales beneficiarios del nuevo Código, pues se trata de un útil “manual de convivencia” que contribuirá a la paz a una mejor calidad de vida para todos. No estamos hablando de nada distinto a un marco de mínimos derechos y deberes para vivir en sociedad, respetándonos los unos a los otros. En lo que respecta a la Policía Nacional, sus miembros merecen un mensaje de agradecimiento y felicitación por el trabajo que vienen realizando para la implementación del Código. Esta es una oportunidad para acercarnos aún más a los ciudadanos y aumentar la confianza que la sociedad ha depositado en quienes velan a diario por la seguridad de todos.PNC.
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