La inocencia de los niños es capaz de superar todas las barreras e incluso alcanzar los sueños que parezcan imposibles, porque la fuerza no viene de la capacidad corporal, sino de la voluntad del alma.
Mediante ceremonia especial enmarcada dentro del protocolo de la Izada al Pabellón Nacional y en compañía de las autoridades político administrativas de la ciudad, el Comando de la Policía Metropolitana a través del Grupo de Protección a la Infancia y Adolescencia, hizo imposición simbólica al grado de Capitán a los hermanos Holman David Pineda Paez y Daniel Eduardo Pineda Paez de 8 y 10 años de edad, quienes sufren de distrofia muscular (Duchenn), así mismo al adolescente Andrés Felipe Valiente Mesa de 16 años al grado de Mayor, quien padece del síndrome de retraso psicomotriz severo, a los cuales se les cumplió el sueño de ser Policías y guardianes de la convivencia.
La actividad contó con la presencia del señor alcalde municipal Dr. Pablo Emilio Cepeda, el señor Secretario de Gobierno Dr. Fabio Martínez, el señor Teniente Coronel Luis Enrique Leal García Comandante encargado en la Policía Metropolitana y el Instituto Técnico Gonzalo Suarez Rendón, quienes con su banda de músicos rindieron honores a estos héroes de la patria.
De igual manera y en búsqueda de mejorar su calidad de vida a uno de estos pequeños, se realizó entrega de una silla de ruedas, así como juegos didácticos y otros detalles que contribuyen a su estimulación mental e intelectual.
Con sus uniformes de Policía los hermanos Paez y el adolecente Valiente, salieron en una caravana con vehículos de la Metropolitana hacía la Plaza de mercado del sur, en donde continuaron con este homenaje por parte de los comerciantes y un grupo de niños, niñas y adolescentes quienes los esperaron con camisetas y bombas blancas, para entregarles otros detalles y compartir un agasajo que incluye un refrigerio con actividades lúdico recreativas.
Posterior a ello, el Comando de la Metropolitana preparó en cabeza del Grupo de Carabineros, organizó una sesión de equino terapia que incluye en recorrido a caballo por el área de la remonta, para finalizar en compañía de sus familias y la Policía con un almuerzo en un restaurante exclusivo de la ciudad.
La nobleza y espíritu de superación de estos angelitos, permitieron que los patrulleros Luis Javier Niño Aponte y Carlos Alberto Luis García se motivaran para cumplirle el sueño de ser Policía, sus labores diarias de servicio y acercamiento con la comunidad por el sector sur de la ciudad permitieron conocer a profundidad la situación de sus familias. Los uniformados adscritos al Grupo de Protección a la Infancia y Adolescencia de la Metropolitana de Tunja asombrados por la calamidad de estos pequeños, decidieron liderar actividades de acercamiento brindando un acompañamiento permanente con el fin de identificar sus necesidades entre las que se encontraba el sueño de “montar en un helicóptero y subirse en un caballo, pero vistiendo el uniforme de la Policía Nacional”.
A pesar de sus múltiples necesidades económicas o limitaciones físicas lo único que pedían estos niños y sus familias era poderles cumplir su sueño, fue entonces cuando los patrulleros realizaron alianzas estratégicas con diferentes sectores de la ciudad y al interior de la unidad, para conseguirles el uniforme, sus tarjeteros, beisboleras y presillas, que en los grados Capitán y Mayor recibirían en ceremonia de ascenso, así mismo lograron tocar puertas consiguiendo una silla de ruedas y otros elementos que servirían para mejorar en algo su calidad de vida.
Gracias a estas labores de entrega y dedicación, nuestros uniformados muestran la otra clase de servicio, más humano, efectivo y cercano al ciudadano, convirtiéndose en la voz el aliento para muchos, con el propósito de seguir sirviendo a comunidades vulnerables bajo otras premisas basadas en valores y principios como la constancia, perseverancia, gratitud y nobleza, enseñando a muchos que los sueños se pueden cumplir, si luchamos por ellos.