En el marco de la Estrategia de Intervención Integral contra el Narcotráfico, a través de la Dirección Antinarcóticos, con apoyo de la Fiscalía General de la Nación, logramos la captura de 11 personas por delitos relacionados al narcotráfico en Norte de Santander.
La Dirección de Antinarcóticos le seguía los pasos a un sujeto conocido como ‘Alfonso’, líder financiero de una organización criminal que se dedicaba a la compra de base de coca y producción de clorhidrato de cocaína para abastecer al Clan del Golfo.
Este sujeto había pactado con ‘Chiquito Malo’ (cabecilla del Clan del Golfo), venderle la totalidad de la droga, garantizándole una pureza superior al 95% para luego ser enviada hacia los EE. UU y Europa. Para ello, tenía bajo su mando a diez personas que tenían la misión de reportarle todos los movimientos desde un corredor estratégico ubicado en la región del Catatumbo hasta el Urabá antioqueño.
‘Alfonso’, se hacía pasar como un humilde campesino, era muy devoto a la santería y mantenía en casi todas sus propiedades un altar en honor a la “santa muerte”, como usualmente lo hacen los narcos en México, pensando que los blindaría ante cualquier acción de las autoridades, también utilizaba los rezos de una bruja extranjera cada vez que movía sus cargamentos de droga, cuanto más grande era el envío más macabro y pérfido debían ser los rituales.
Un aspecto que llamó la atención de los investigadores, es que la estructura burlaba las órdenes del ELN y disidentes de la FARC en relación al pago de impuestos, pues extraían la base de coca de esta región y la llevaban hasta laboratorios ubicados en el Urabá, donde la transformaban en clorhidrato de cocaína evadiendo los cobros ilegales realizados por estos grupos armados en Norte de Santander.
Uno de los investigadores relata que “cuando el ELN, se percató de esta actividad, ordenó el asesinato de todos los integrantes de la red narcotraficante, siendo ultimado el padre de alias ‘Esnel’, integrante de la organización, ocasionando el destierro de toda familia que se encontraban viviendo en Norte de Santander”.
La investigación detalla las diversas ocasiones en que ‘Alfonso’ sostuvo reuniones en Cúcuta y en Chinácota con un narcotraficante conocido como ‘Pedro Pablo’, quien tendría como epicentro delictivo los departamentos de Norte de Santander y Boyacá. Sus encuentros en dichos municipios estarían relacionados con negociaciones para enviar clorhidrato de cocaína hasta Venezuela y posteriormente enviarla en vuelos ilegales hasta Centro América.
Investigadores de la Dirección de Antinarcóticos estudiaron milimétricamente los movimientos de este cabecilla y tras dos años de investigación se logró capturarlo con su hijo y 9 integrantes más de la red narcotraficante, que consiguió ligar la producción de coca del Catatumbo con el Clan del Golfo.
Esto sujetos conocido como ‘Neco’, ‘Esnel’, ‘Nelson’, ‘Mono’, ‘Arbey’, ‘José’, ‘Aldemar’, ‘Antonio’ ‘José’ y ‘Sobrino’ fueron presentados a las autoridades competentes por los de delitos de tráfico, fabricación o porte de estupefacientes, concierto para delinquir y tráfico de sustancias para el procesamiento de narcóticos y fueron cobijados con medida de aseguramiento intramural.
La Policía Nacional de Colombia continúa las indagaciones para establecer la verdadera identidad de ‘Pedro Pablo’, su radio de acción delictivo y sus vínculos con organizaciones criminales del Catatumbo y Venezuela.