En coordinación con la Fiscalía, la Policía Nacional mediante la ejecución de 30 allanamientos pretende materializar la captura de 24 personas y la aprehensión de 6 menores de edad, presuntos integrantes de la organización delincuencial “los Haitianos”.
Esta estructura muticriminal se dedicaba a la materialización de delitos como la extorsión, homicidio, hurto, y tráfico de estupefacientes, en el asentamiento humano conocido como “el Valladito” de la comuna 15 al oriente de Cali.
Esta organización estaba integrada también por cinco ciudadanos de nacionalidad extranjera, quienes cumplían múltiples roles dentro de esta estructura. Así mismo, seis adolescentes entre los 14 y 17 años, fueron instrumentalizados y vinculados a múltiples tareas criminales dentro de este grupo.
La principal fuente de financiación de este grupo criminal, se derivaba de la extorsión, la cual ejercían en primera medida a los residentes de este sector, donde se exigía una suma de dinero semanal cercana a los 20 mil pesos a diferentes habitantes de este asentamiento humano, llegando a la exigencia de cuotas “extraordinarias”, argumentando la necesidad de adquirir material bélico para garantizar la seguridad del sector.
Existen antecedentes de la marcación de las viviendas a través de grafitis a quienes se rehusaran al pago de las extorsiones, amedrentándolos de manera constante obligándolos a abandonar sus viviendas e incluso atentando contra su vida, como es el caso de dos de los homicidios que hoy se les imputan los cuales corresponden a dos personas que se negaron a acceder a las pretensiones de estos sujetos.
Por lo anterior, muchas personas han sido objeto de desplazamiento como consecuencia de las constantes intimidaciones, ante esto, la organización se aprovechaba y subarrendaba de manera ilegal los inmuebles de las personas que abandonaban.
De igual manera, en el sector era común identificar zonas vetadas, donde las personas debían pagar para poder movilizarse por cuadras específicas, incluso se identificó que existía un cobro por hacer uso del espacio destinado para la disposición final de las basuras y escombros, donde aquella persona que quisiera depositar allí cualquier tipo de elemento debía acceder a las exigencias de estos delincuentes.
Las extorsiones también se extendían al comercio presente en el sector, donde las cuotas podrían ascender a los 300 mil pesos mensuales; de manera paralela, el riesgo existente para los distribuidores de víveres quienes también llegaron a ser víctimas de hurtos cuando visitaban los establecimientos allí ubicados.
Esta estructura también obtenía crédito de la comercialización de estupefacientes; en este sentido, con 6 expendios, generaba ganancias criminales cercanas a los 100 millones de pesos mensuales, teniendo en cuenta la distribución en promedio de 90 mil dosis de diferentes tipos de estupefacientes en este mismo periodo.
El poderío de esta organización y su interés constante de ampliar su monopolio criminal en la zona, los llevó incluso a generar acciones de tipo terrorista, como el lanzamiento de una granada de fragmentación en contra de un CAI móvil que se ubicó en el sector con el propósito de actuar en una frontera invisible, limitando con ello las intenciones de la estructura de generar hechos de homicidio en zonas circunvecinas, logrando a través de la intimidación una hegemonía territorial cada vez más grande. Este hecho se comprobó que tenía como único propósito lograr el cambio de ubicación del CAI.
Uno de los integrantes de esta organización, conocido como “chocapy”, quien actúa bajo órdenes estrictas de los líderes de la estructura; siendo reconocido por sus contactos estratégicos para la adquisición de material bélico, encargado de adquirir la granada con la que se atentó en contra del CAI en meses pasados.
Esta persona, al parecer tendría contactos con grupos armados organizados y estaría en la capacidad coordinar cualquier tipo de arma de fuego de corto o largo alcance, así como explosivos y municiones de diferentes calibres; de igual forma, la organización lo perfiló como una ficha clave para el negocio del narcotráfico, en el entendido, que también era contactado en la adecuación de rutas para el transporte de cargamentos de sustancias estupefacientes hacia Centro América por el Pacífico.
El poderío criminal ejercido por esta estructura, sumado a la existencia de delincuentes de alto perfil con contactos estratégicos y capacidades de coordinación en el narcotráfico y tráfico de armas, permitieron evidenciar que estos sectores se vienen configurando como refugios para que delincuentes puedan evadir el control de las autoridades pasando desapercibidos.
De igual forma, al tratarse de un sector vulnerable con índices significativos de pobreza extrema, las comunidades son instrumentalizadas por las estructuras criminales, quienes les ofrecen ganancias derivadas de actividades ilícitas, llegando de esta manera a niños, niñas y adolescentes que posteriormente se convierten en los brazos armados y extorsionistas de este tipo de organizaciones.
Inicialmente, a esta organización se le imputarán los homicidios de dos personas quienes se negaron al pago de las cuotas extorsivas; sin embargo, dentro de los capturados se podría encontrar a los presuntos responsables de la desaparición de dos mujeres, así como del homicidio de dos hombres que fueron encontrados enterrados bajo una vivienda en este sector para el mes agosto del 2019; sin embargo, el temor colectivo que generó este grupo sobre los ciudadanos testigos presenciales de los homicidios, ha impedido que se declarara en contra de estos.
Los delincuentes capturados fueron puestos a disposición por los delitos de: concierto para delinquir, terrorismo, extorsión agravada, desplazamiento forzado, tráfico de estupefacientes, porte ilegal de armas de fuego, homicidio, e instrumentalización de menores de edad.