En un trabajo coordinado con el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía, la Policía Metropolitana Santiago de Cali adelantó 20 diligencias de registro y allanamiento en la comuna 15 de la capital vallecaucana, donde fue posible la captura de 29 personas, integrantes de una organización dedicada al narcotráfico transnacional y distribución local.
La mencionada estructura, adquiría grandes cantidades de sustancias provenientes de otros departamentos, utilizando a Cali como centro de acopio para posteriormente realizar distribución a redes de microtráfico local y generar envíos a otros países de Suramérica.
Esta cadena criminal del narcotráfico inicia su proceso a través de contactos en el departamento del Cauca donde se da la fase de abastecimiento de la organización. Allí, es posible la consecución de un kilogramo de marihuana en aproximadamente 140 mil pesos, directamente de los cultivadores de la zona. Una vez realizada la negociación se coordinaba el envío a través de encomiendas, correos humanos y vehículos particulares y de servicio público hasta los puntos de almacenaje en Cali.
La investigación permitió identificar que en promedio mensualmente esta organización podría movilizar más de una tonelada de estupefacientes, entre marihuana tipo cripy y cocaína, esta última en una menor cantidad y solo con orientación de distribución local, la cual se adquiere en promedio por 3 millones de pesos el kilogramo, siendo comercializada en discos de 100 gramos por 300 mil pesos cada uno.
Posteriormente se da el tráfico transnacional que empieza con la definición del mecanismo más adecuado para transportar el estupefaciente hacia el municipio de Tumaco (Nariño), desde donde, por vía marítima, se envía al vecino país de Ecuador y de allí hacia el resto de Suramérica; dependiendo de la demanda de estupefacientes enviaban grandes cantidades en camiones que transportaban materiales de construcción, víveres y otros elementos.
Cabe destacar que estos delincuentes utilizaban ciudadanos extranjeros y menores de edad para el transporte y extracción de las sustancias, quienes eran seducidos con sumas que oscilaban entre uno y dos millones de pesos, de acuerdo con la cantidad transportada. Una de las mujeres hoy capturadas que cumplía con esta labor, se desplazaba en compañía de sus hijos con el fin de utilizarlos como factor distractor en caso de algún control por parte de las autoridades.
Como aspecto de interés una de las personas capturadas es el conductor de un vehículo de servicio público, el cual era utilizado para la distribución local en la ciudad. En la investigación se logró identificar su movilización hasta el departamento del Cauca con el fin de transportar sustancias estupefacientes hacia Cali.
Una vez los alucinógenos eran entregados en Tumaco, el transporte para sacarlas del país se realizaba a través de lanchas mar adentro y su arribo se daba sobre la municipalidad de Quevedo en Ecuador. El tráfico transnacional se consolida entonces como una estrategia de alta rentabilidad, en el entendido que una tonelada de marihuana en el Cauca tiene un valor de 140 millones de pesos, en centro de acopio se puede comercializar en 300 millones y puesta en Ecuador ya esta cifra sería superior a los 1.100 millones, lo que representa un incremento del 614% en el valor de la sustancia.
Por su parte, las subestructuras dedicadas al microtráfico que recibían estupefacientes como cocaína, la sometían a procesos de rendimiento que duplicaba la cantidad inicial y les permitía generar mayores ganancias. Esto, sumado a la dosificación de marihuana era el punto de partida para la distribución local en expendios de algunos barrios de la ciudad, que se especializan en la modalidad mano a mano en parques, escenarios recreo deportivos y entornos escolares donde los niños, niñas y adolescentes se hacían vulnerables ante una posible inducción al consumo.
Estos delincuentes utilizaban el ocultamiento de sustancias en los antejardines de las casas, infraestructura del entorno como árboles, alcantarillas y otros elementos; únicamente llevaban consigo pequeñas cantidades para dificultar la materialización de capturas en flagrancia. No obstante, en las caletas se podían llegar a encontrar hasta 500 dosis. Las ganancias criminales de la organización estarían alrededor de los 330 millones de pesos mensuales, teniendo en cuenta la distribución de más de 186 mil dosis de diferentes tipos de estupefacientes en este mismo periodo.
Con esta operación se logra además el esclarecimiento de varios homicidios derivados del control territorial del microtráfico en algunos barrios de la comuna 15, en los que se observa un alto nivel de deshumanización, crudeza e insensibilidad. Ejemplo de ello, es observar como a una persona que resultó lesionada con arma de fuego y que se encontraba tendida en el piso, le es lanzado un objeto contundente con el fin de acabar con su vida.
Las personas capturadas serán dejadas a disposición de las autoridades competentes por los delitos de concierto para delinquir, homicidio agravado, tráfico de estupefacientes y porte ilegal de armas de fuego, conductas que se suma a los 60 procesos que han acumulado durante su trayectoria criminal por los mismos delitos y otros como hurto.
La Policía continuará trabajando articuladamente con las demás autoridades en la lucha contra toda modalidad de delito, desplegando sus capacidades para garantizar la seguridad y convivencia de los colombianos. La institución recomienda en esta época de pandemia por el COVID -19, acatar todas las normas de bioseguridad y las medidas dispuestas por el Gobierno Nacional para evitar el contagio de este virus.