Una de mis satisfacciones como Ministro de Defensa es haber sacado adelante el nuevo Código Nacional de Policía y Convivencia, después de un amplio debate en el Congreso de la República y que sin duda se convertirá en una herramienta fundamental en el posconflicto.
Este instrumento jurídico fortalece la responsabilidad cívica de todos los ciudadanos y le da herramientas a la Policía para enfrentar esos comportamientos que afectan la cotidianidad de los colombianos y que, muchas veces, derivan en delitos penales.
A partir de este 30 de enero, con la entrada en vigencia del nuevo Código, arranca una nueva época para la Policía en Colombia. Antes no podía hacer muchas intervenciones, pero ahora sí podrá hacerlas y las hará en defensa de los valores más preciados de nuestra sociedad.
El Código está pensado para proteger al ciudadano común. Incluye normas que garantizan la sana convivencia y promueven el respeto por la autoridad y el cumplimiento de la ley. Por eso, vamos a tener que volver a pensar en que nuestro comportamiento como ciudadanos debe tener un código y este lo que permitirá es una mejor convivencia, pues la falta de tolerancia es hoy una de las principales causas de violencia en el país.
Los 243 artículos son parte de la solución para enfrentar con mayor eficiencia y eficacia las mafias dedicadas a la apropiación ilícita de terrenos, los grupos armados ilegales que se benefician de la minería ilegal para alimentar su máquina de guerra, las redes de distribución de estupefacientes y licor adulterado que aprovechan la laxitud normativa para fortalecer sus empresas criminales a través de establecimientos ilegales, las mafias que se apropian y explotan ilícitamente el espacio público y los grupos ilegales que irrumpen violentamente durante las manifestaciones públicas.
Quiero destacar un elemento que contempla la norma, como lo es la mediación policial, instrumento que nace de la naturaleza de la función policial, cuya principal cualidad es la proximidad con la ciudadanía, a través de la cual la autoridad se convierte en el canal para que las personas en conflicto decidan voluntariamente resolver sus desacuerdos armónicamente.
La Policía Nacional cuenta con el personal capacitado, reconocido y habilitado para ejercer esta mediación. Precisamente, para contrarrestar la intolerancia, nuestros policías liderarán y facilitarán espacios de entendimiento y diálogo voluntario para buscar un acuerdo sobre el conflicto que se esté presentando, escuchando a las partes, formulando interrogantes, identificando intereses y necesidades, detallando el entorno cultural y fortaleciendo la convivencia ciudadana.
Invito a todas las autoridades con facultades de policía para que se apropien del Código y lo apliquen sin vacilación alguna.
Muchas felicitaciones a nuestra Policía Nacional por la pedagogía que viene adelantando en todo el país, encaminada a que el Código se convierta en la mejor herramienta ‘Para Vivir en Paz’.
PNC Edición 26