Norte de Santander, Abrego
Miércoles, 17 de Abril de 2019
La banda inició labores con 60 niños, 23 de los cuales ya tocan a la perfección algún instrumento. También está formando una coral con 30 niñas. Hasta construyó un ancianato.

Era un policía experto en incautar insumos químicos de la mafia en las carreteras del Caquetá, pero desde 1994 echó raíces en Ábrego, Norte de Santander, y se quedó allí para siempre, esta vez para trabajar de la mano con la comunidad. con el tiempo, al ver que crecía el fenómeno de los niños atrapados en el mundo de la droga propuso crear una Sinfónica Infantil, en especial con pequeños en riesgo de vulnerabilidad. La idea del agente Marco Antonio García, de 44 años, 24 de los cuales ha sido policía, tuvo eco en la Casa de la Cultura y en la comunidad. Con instrumentos prestados y algunos comprados por los padres de los aprendices, a punta de rifas y bazares, 60 niños comenzaron su formación con un profesor experto en música, 23 de los cuales ya tocan en la iglesia del pueblo.

 “Siempre he tenido claro que, si a un niño se le da un instrumento para que empuñe, jamás empuñará un arma”. El noble policía, padre de una patrullera y de un cadete de la Escuela General Santander, consigue hasta los uniformes, y ya se prepara para crear la Sinfónica Infantil de Ocaña. También está formando una coral con 30 niñas de Ábrego y, además, tiene en mente abrir una escuela de teatro, para así impedir que más niños sigan deambulando en las calles, dedicados al ocio. A la par con sus tareas musicales, el agente pastuso, que se enamoró de la Policía cuando en su barrio, Corazón de Jesús, veía cómo los uniformados ayudaban a los más necesitados, también es el artífice de la creación del Hogar del Anciano, donde atiende a 25 abuelos, con la colaboración de unas religiosas. “Durante siete años, con donaciones de mucha gente, rifas y bazares, batallé hasta reunir unos 700 millones de pesos, que es lo que ha costado esta bella obra”.