Valle del Cauca, Cali
Miércoles, 11 de Noviembre de 2020
Un emporio familiar al servicio del hurto en Cali.
  • Capturados-por-hurto-Cali

La Policía Nacional en un trabajo articulado con el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía General de la Nación adelantó una ofensiva contundente contra el hurto que permitió la captura de 30 personas por este delito y la desarticulación de ‘Los magníficos’, un emporio familiar que con el hurto a vehículos venía afectando el patrimonio económico de los caleños, especialmente en las comunas 2, 5, 17 y 19 de la capital vallecaucana. Las acciones investigativas, así como los planes de control en las diferentes comunas de la ciudad permiten una reducción de 22% en lo relacionado a este flagelo, así como la recuperación de más de 600 vehículos y la captura de al menos 1.000 delincuentes responsables de hurto en todas sus modalidades en lo corrido del año.

Entre los resultados de esta operación se encuentra la desarticulación de un grupo de delincuencia común organizada integrado por 17 personas, en su mayoría familiares, que en el mundo delincuencial eran conocidos como “Los Magníficos”, una hegemonía criminal que ha trascendido por años y se aposenta en un sistema de clanes familiares, que conduce a una constante cadena de reincidencia. Enfrentando a la justicia en varias oportunidades estas personas controlaban el monopolio del hurto a vehículos de alta gama en Cali, que en la modalidad de halado era desguazados y comercializados como autopartes en el mercado ilegal, gemeleados o extorsionaban a través de redes sociales. Cabe resaltar que a 1.400 millones de pesos asciende el avalúo de los vehículos hurtados por ellos en lo que va del año

De allí que existieran roles definidos de coordinadores, jaladores, reducidores y campaneros, entre otros, donde tomaba fuerza el vínculo familiar de la mayoría de ellos, para asumir los papeles más importantes en el componente estructural. Por ejemplo, alias “Yerri”, máximo cabecilla, instrumentalizaba a sus compañeras sentimentales, poniéndolas a cargo de la coordinación de hurtos y ejecución de los mismos, pero luego de que ellas mujeres enfrentaban a la justicia, involucraba a las hijas de estas en su accionar ilegal; en uno de estos casos manteniendo también una relación sentimental con una de sus hijastras.

De igual forma, otra estrategia diferencial de la organización quedó en evidencia tras los análisis técnicos, trabajo de campo y todo un cumulo de actividades periciales desde la investigación criminal y la inteligencia policial; se trataba de la destreza de los delincuentes que contactaban a algunos dueños de los vehículos hurtados por medio de redes sociales o acudiendo a los teléfonos de los documentos de propiedad encontrados en los vehículos. Tras un contacto inicial, fingían ser intermediarios para facilitar que les regresaran sus automotores, a cambio de pagos que oscilaban entre los 6 y 14 millones de pesos. Con este proceder, buscaban no verse inmersos en una extorsión en caso de llegar a ser investigados.

Sin embargo, no contaban con la robusta capacidad investigativa, que logró conocer de su accionar e imputar este delito, así como la tipificación de concierto para delinquir, hurto calificado y agravado. La anterior estrategia hacia parte de un plan sustentado en el no uso de la violencia, dejando de lado la utilización de armas de fuego, para evitar verse inmersos en casos de tentativas u homicidios, manteniendo así un “bajo perfil” en el mundo de la criminalidad de la capital del Valle.

Se destaca la implicación de integrantes de avanzada edad, como es el caso de alias “El Viejo”, quien con 72 años y más de 12 procesos penales, enseñaba sus habilidades delictivas a hijos y nietos, los cuales ha vinculado activamente desde edades tempranas, para asumir el crimen, como una “herencia criminal”, que él mismo ha logrado mantener viva por varios años.

Los investigadores también determinaron que “Los Magníficos”, escogían tres días específicos de la semana para cometer los hechos, mientras que los demás días eran el espacio ideal para que los reducidores realizaran las ventas de los elementos robados y para el accionar de los “desguazadores”, actividad para la cual utilizaban varios talleres improvisados que fueron allanados en el marco del proceso judicial, hallando en su interior numerosas auto-partes y logrando la captura de sujetos que eran subcontratados para el desarme de los automotores.

Además, como un ingreso adicional para la organización, en casos donde los vehículos llevaban en su interior pertenencias de las víctimas, sus cabecillas contaban con los contactos en sitios de compra y venta de oro, celulares y electrodomésticos, para la receptación de estos elementos.

Estos sujetos y las mujeres que los siguen en su emporio de ilegalidad, han ido aprendiendo por varios años de sus parientes, y a su vez, “maestros del hampa”, las diversas formas de alterar sistemas de identificación en lo que se denomina en el argot delictivo como “gemeléo”, desprender los dispositivos GPS para evitar su ubicación satelital, usar su destreza para seleccionar los vehículos a hurtar, desguazar los vehículos manteniendo sus partes intactas para su venta al menudeo, asumir el papel de intermediario para lograr el pago de las extorsiones, entre otros perfiles que surgen en el mundo del hurto de automotores.

En el caso del desmantelamiento de esta organización de lucro familiar, no solamente se deja al descubierto una macabra “escuela del delito” en el eje central del suroccidente del país, sino que se fecundan unos satisfactorios niveles de seguridad ciudadana, gracias a toda una institucionalidad que vela por la tranquilidad de los ciudadanos desde la premisa: “El que la hace, la paga”.