Caldas, Palestina
Martes, 26 de Mayo de 2020
Ahora la comunidad y nosotros, contamos con un nuevo integrante de patrulla muy particular.

Hace seis meses a este lugar de cálidas calles llegó el protagonista de esta gran historia, un perro criollo de pelo corto y con la habilidad de ‘embolatar’ al que fuese con tal de conseguir su objetivo, roscones, mogollas, y todos los mangares de las panaderías del centro del pueblo eran su territorio, con la llegada de un canino de raza criolla de color blanco con dorado, sin un aparente hogar, mucho menos nombre y con las cicatrices del pasado, paseaba orondo por las calles de este municipio cafetero.

“Mono”, como ahora es conocido y quien fue bautizado por un uniformado de la estación de Policía, hizo que la nobleza de este canino y sus particulares características, cautivara el corazón de los uniformados, quienes le entregaban múltiples afectos, educaran a su nuevo fiel amigo y acompañara en las rondas diarias del municipio.

Mono, un canino muy peculiar que llamó la atención de los ciudadanos porque fue  el protagonista del sin número de quejas de esa comunidad, puesto que su afán por conseguir el alimento lo hizo astuto, sigiloso y muy veloz, ya que tomaba el pan y salía corriendo, así fueron creciendo todas las quejas, esto sin duda llamó la atención de la patrulla que diariamente acompaña a los ciudadanos de ese municipio, fue así como empezaron a tener en la mira al peludo callejero e iniciaron la búsqueda para resolver uno de los dolores de cabeza más persistentes de los panaderos, quienes describían como “un dolor de cabeza”.

El olor de un fresco pan horneado era la invitación y señal que enloquecía al pequeñín que con habilidad encantadora buscaba la oportunidad para lograr su objetivo, que en tiempo de pandemia se convirtió en más que un reto, con cautela “Mono”, esperaba todos las mañanas para mitigar su hambre, ya que por causa de la pandemia del COVID- 19 no tenía gente que le diera de comer en las calles, es así que no quedaba de otra para “Mono” que entrar a la panaderías del pueblo y en especial a la del señor Aicardo Vélez dueño de la panadería donde su olfato le anunciaba la delicia de la mañana.

Con pasos audaces y muy sigiloso, Mono, se acercaba a las panaderías sin que los dueños o cualquier cliente notara su presencia, es así que sin medir palabras o mejor ladrido alguno y saboreándose ese agradable aroma a pan fresco “Mono” arrebataba de las manos o las mesas el pan y emprendía su huida.

Los gritos de reclamos de los clientes, dueños y personas se escuchaban en el pueblo, lo que empezó a incomodar a los habitantes de este municipio al conocer la actividad desesperada de este canino por alimento y las múltiples quejas de la comunidad, el comandante de la estación de Policía Palestina decide encontrar a “Mono” así que en uno de sus múltiples “raponazos de pan por calmar su hambre” es cercado por las unidades del cuadrante quienes lo llevan a la estación de Policía y le brindan baño, alimento y un lugar donde dormir.

Para “Mono” todo esto era nunca imaginable, tener una familia un alimento diario sin necesidad de incomodar a la comunidad y por supuesto amor verdadero por parte de la Policía Nacional.

Tras dos meses de enseñarle normas básicas de convivencia y respeto, fue adoptado y otorgado su chaleco como insignia que es el más nuevo miembro de la Institución policial, el cual luce con orgullo al momento de patrullar las calles del municipio, se puede observar subiéndose a la camioneta o a las motos y por supuesto en el equipo perfecto para las unidades del cuadrante de ese sector al momento de realizar actividades de prevención y control.

“Mono” hace expresar la ternura de niños y adultos, el mensaje que lleva es claro no al maltrato animal, ladrando y moviendo la cola invita a los más pequeños a proteger y querer los animales y a recordar que en esta época es de solidaridad y ayuda para todos.

 

Policía Nacional; ‘Somos uno. Somos todos