Por: *Emilio Gutiérrez Yance*

La mañana en Magangué llegó perfumada de pan fresco, ese aroma que se cuela por las rendijas de las casas y despierta incluso al sueño más profundo. Con el sol apenas insinuándose detrás de los techos de zinc, el barrio Minuto de Dios empezó a llenarse no solo de niños, sino también de rostros conocidos: los líderes de las Juntas de Acción Comunal de distintos barrios, gente curtida por el trabajo comunitario, convocados a una jornada que prometía más que palabras.

Bajo el viejo almendro —ese que parece cargar en sus ramas todas las historias del pueblo— la Policía Comunitaria ya estaba lista. No llegaban con protocolos rígidos ni solemnidades: venían con disposición, con escucha, con la voluntad de tender puentes. Era una mañana para hablar de valores, sí, pero sobre todo para construirlos entre todos.

A un costado, el vendedor de raspa’o afilaba su cuchilla contra el hielo, dibujando el sonido clásico de las mañanas alegres. Más allá, el hombre del carrito de helados hacía sonar su campanita como quien anuncia un pequeño festejo. Entre el murmullo creciente, una adulta mayor se rascaba la cabeza con calma, acomodándose el pañuelo como quien se prepara para escuchar con atención. Y un perro, echado bajo la sombra del almendro, ladraba sin prisa, como si también quisiera participar en la mañana comunitaria.

Los líderes de los barrios—Boston, Santa Rita, La Paz, Los Comuneros, Pastrana, Miraflores, El Minuto de Dios— fueron tomando asiento. Algunos cruzaban los brazos, otros abrían cuadernos gastados. Son hombres y mujeres acostumbrados a lidiar con lo cotidiano: el arreglo de una calle, la preocupación por los jóvenes, las riñas que se calientan con el sol de la tarde. Pero esa mañana la conversación iba más allá de los problemas: se centraba en las soluciones.

La subteniente Jenifer Ramírez Flórez abrió el espacio con la serenidad que exige la hora.

—La convivencia no se decreta, se construye. Y los valores se enseñan con el ejemplo. Queremos trabajar de la mano con ustedes y con los niños. Magangué merece eso y más —dijo.

Los líderes asentían, unos con la seriedad del compromiso, otros con una sonrisa que revelaba orgullo. Hablaron de respeto, de solidaridad, de enseñar a los más pequeños a resolver conflictos sin violencia. Hablaron del barrio como una familia extendida, de la responsabilidad compartida de protegerlo.

Mientras tanto, las risas de los niños que participaban en las dinámicas se mezclaban con el tin-tin del carrito de helados y el olor persistente del pan recién horneado. Era un retrato completo del pueblo: infancia, comunidad y voluntad de cambio moviéndose en un mismo espacio.

Una líder de la Junta de Acción Comunal del barrio El Minuto de Dios tomó la palabra con claridad:

—Si los valores se enseñan entre todos, el barrio cambia. Andando así, cambia el pueblo entero —dijo.

La frase quedó suspendida en el aire como una verdad sencilla y contundente.

El encuentro avanzó entre propuestas y acuerdos. La Policía Comunitaria escuchaba, respondía, organizaba ideas. Los líderes anotaban, planeaban, soñaban un poco. Y los niños, escuchando sin proponérselo, parecían absorberlo todo desde su propio rincón de juegos.

Cuando la mañana empezó a trepar hacia el mediodía, la calle quedó envuelta en un silencio dulce, ese que solo dejan las cosas bien hechas. Los líderes se retiraron con la convicción de que no estaban solos; los policías seguían conversando con los vecinos; los niños corrían todavía con los labios teñidos por el raspado o el frío reciente del helado. El perro, fiel a su lentitud matinal, dio un último ladrido suave antes de volver a echarse.

Y así, en una simple mañana de Magangué, entre olor a pan caliente y voces de líderes y policías trabajando codo a codo, se sembró algo más importante que un mensaje:

la certeza de que un pueblo unido puede escribir su propio futuro, sin prisa, pero con decisión.

En desarrollo de la estrategia contra el tráfico local de estupefacientes, la Policía Nacional, a través de la Seccional de Investigación Criminal – SIJIN, adelantó dos diligencias de allanamiento y registro en los barrios Mayales y Santa Rita, logrando la captura en flagrancia de dos personas por los delitos de tráfico, fabricación o porte de estupefacientes, y fabricación, tráfico y porte de armas de fuego o municiones.

El comandante de la Policía Metropolitana de Valledupar, teniente coronel Hernán Mauricio Torres Rozo, informó que durante los procedimientos fueron capturados “El Profe” y “Copete”. En el lugar se incautaron más de seis mil dosis de marihuana, un teléfono celular y un arma de fuego, elementos que, según las investigaciones preliminares, eran utilizados para la comercialización de estupefacientes.

De acuerdo con la información obtenida, los capturados presuntamente almacenaban y distribuían la droga en la comuna 2 de Valledupar, especialmente en los barrios Amaneceres del Valle, Los Milagros, Villa Rosario, Invasión 9 de Marzo, Pescaito y sectores aledaños.

Con este importante resultado operacional, la Policía Metropolitana de Valledupar afecta de manera contundente las estructuras dedicadas al microtráfico, logrando sacar de circulación más de seis mil dosis de estupefacientes y contribuyendo a la seguridad y convivencia ciudadana.

La Institución reitera su compromiso con la comunidad y hace un llamado a continuar denunciando de manera oportuna cualquier hecho que afecte la tranquilidad y el bienestar de los ciudadanos, a través de la línea de emergencia 123 o del número de contacto de la patrulla del cuadrante.

En desarrollo de la Estrategia Integral contra el Delito en todas sus modalidades, la Policía Nacional en el departamento del Tolima, a través de uniformados de la Seccional de Tránsito y Transporte, logró en las últimas horas un importante resultado en materia de seguridad y lucha frontal contra los grupos armados organizados residuales.

El procedimiento se adelantó en la vía nacional Neiva–El Espinal, sector de Castilla, jurisdicción del municipio de Coyaima, donde los policías realizaban actividades de prevención y control. En este punto se materializó la captura de alias “Risas”, presunto cabecilla de la comisión armada del GAO residual Gerónimo Galeano, con injerencia en el municipio de San Antonio.

El capturado se movilizaba en un vehículo particular sobre la ruta nacional 45, con destino hacia el sur del departamento. Esta persona presenta una orden de captura vigente y una circular azul de Interpol por los delitos de concierto para delinquir agravado y homicidio.

Alias “Risas” cuenta con una trayectoria criminal superior a cinco años dentro de grupos armados ilegales. Según labores de inteligencia, actualmente sería el encargado de la comisión armada con presencia en San Antonio, designado por alias “El Enfermero”. Además, estaría involucrado en cobros extorsivos a agricultores y comerciantes de la región, generando un rédito criminal estimado en más de 100 millones de pesos mensuales.

De acuerdo con información recopilada por unidades de inteligencia, el capturado habría recibido capacitación criminal en el departamento del Cauca, con el propósito de liderar estructuras armadas en el Tolima. Alias “Risas” hacía parte del cartel de los más buscados del departamento.

Tras su captura, fue dejado a disposición de la Fiscalía General de la Nación, para que un juez con función de control de garantías defina su situación jurídica.

Es importante resaltar que, en los últimos tres meses, la Policía del Tolima ha logrado la captura de cinco cabecillas pertenecientes a diferentes estructuras residuales, golpeando de manera directa su intención de retomar control criminal en esta región del país.

La Policía Nacional reitera el llamado a la comunidad para que continúe denunciando cualquier hecho sospechoso o actividad delictiva a través de la línea 123 o ante la patrulla del cuadrante más cercano. Su colaboración es fundamental para seguir construyendo territorios seguros y en paz.

Policía Nacional: “Dios y Patria”.

En el marco de la estrategia E-PAÍS, focalizada en la protección de nuestros niños, niñas y adolescentes, se desplegó el Plan Cazador con ocasión de la próxima conmemoración del Día Dulce. En este contexto, la Policía Nacional en el Tolima, a través de planes preventivos de registro y control a vehículos y personas en los 42 municipios de la jurisdicción, y con el apoyo de las capacidades institucionales del Modelo del Servicio de Policía Orientado a las Personas y los Territorios (MSPOT), obtuvo un importante resultado en materia de convivencia y seguridad ciudadana.

El procedimiento se desarrolló en el sector de Caracolí, en la vía nacional del municipio de Honda (Tolima), donde uniformados del cuadrante lograron la materialización de una orden judicial vigente en contra de un ciudadano de 59 años, emanada por el Juzgado Primero Promiscuo Municipal con función de control de garantías de Fresno, Tolima.

A su vez, al realizar la consulta en el Sistema de Búsqueda Automático de INTERPOL, se estableció que el ciudadano registraba circular azul en los 196 países miembros, por los delitos de acto sexual violento agravado y actos sexuales con menor de catorce años.

El capturado fue puesto a disposición de la Fiscalía General de la Nación, donde un juez con funciones de control de garantías definirá su situación jurídica.

El coronel Carlos Efrén Fuelagán Cabrera, comandante del Departamento de Policía Tolima, reiteró:
“La Policía Nacional reafirma su compromiso indeclinable con la protección de los derechos de los niños, niñas y adolescentes, y continúa con su lucha frontal contra cualquier delito que atente contra su integridad. Seguiremos fortaleciendo los controles en todo el departamento para garantizar entornos seguros y libres de violencia”.

Con motivo del Centésimo Trigésimo Cuarto Aniversario de la Policía Nacional, uniformados de la Policía Metropolitana de Santa Marta dieron inicio a la celebración de esta importante fecha para todos los colombianos, mediante una ceremonia protocolaria realizada en la Catedral Basílica de Santa Marta.

Durante la conmemoración de los 134 años de la Institución, se llevó a cabo la izada del Pabellón Nacional, la ceremonia de ofrenda floral y la instalación de stands en diferentes centros comerciales, con el propósito de rendir homenaje a la trayectoria histórica y al compromiso institucional que, a lo largo de los años, han contribuido al desarrollo y bienestar de la comunidad.

El evento contó con la participación del señor coronel Jaime Hernán Ríos Puerto, comandante de la Policía Metropolitana de Santa Marta; el doctor Camilo George Díaz, secretario de Gobierno Distrital; la doctora Wendy Torres Berdugo, procuradora Regional de Instrucción Magdalena; el coronel Javier Alberto Duarte Reyes, comandante del Departamento de Policía Magdalena; el teniente coronel David Fernando Vargas Castro, comandante Operativo del Servicio de Policía; el mayor César Augusto Giraldo Ramírez, director de Seguridad de FENOCO; el comisario Julio César Luna Lozano, suboficial de comando nivel ejecutivo; monseñor José Mario Bacci Trespalacios, obispo de la Diócesis de Santa Marta; el presbítero Vidal Gutiérrez Meza, capellán de la Policía Nacional; el señor Omar García, presidente de Cotelco Magdalena; y la doctora Diana Giraldo Balaguera, directora de la Corporación Centro Histórico.

A lo largo de sus 134 años, la Policía Nacional se ha consolidado como una institución fundamental para la estabilidad, la convivencia y la seguridad del país. Forjada sobre los principios de disciplina, integridad, respeto y servicio, ha evolucionado para responder de manera efectiva a los desafíos sociales, tecnológicos y operativos de cada época.

Su carácter incluyente y humano hacia el ciudadano ha fortalecido el vínculo entre la autoridad y la comunidad, promoviendo la confianza, la cooperación y el trabajo conjunto en favor de la paz y el bienestar colectivo. Gracias a la constante modernización de sus capacidades tecnológicas, tácticas y de inteligencia, la Institución ha ampliado su alcance operativo, optimizando la prevención del delito y la protección de los derechos y libertades de todos los colombianos, contribuyendo así a un entorno de seguridad, dignidad y democracia.